Historias cotidianas que solemos ignorar

Discapacidad

Discapacidad intelectual, una vida vivida en centros: “Mi madre no sé nada de ella y mi padre pasa de mí, no se hace cargo”

Jesús Abel Nieto Cuevas ha vivido toda su vida en un centro en lugar de con su familia porque no se hacían cargo de él

Es alto y grande. Por eso resulta algo chocante la cajita que le acompaña. Es de osos y escrito a bolígrafo: Mis Canciones. 

Está nervioso. Lo primero que me dice es eso, que ha traído sus (doce) canciones, que él no canta muy bien pero me pregunta si podrá cantar.

Preso de tu cuerpo. Perdido por el mundo. He aquí un par de títulos. Cada canción está escrita por él en un papel en blanco doblado en muchas partes. 

“Soy Jesús Abel Nieto Cuevas. Tengo 18 años, para 19 ya. Soy de Vallecas (Madrid), bueno mi familia, yo estuve en un centro”. 

“Tengo discapacidad y creo que sí que es intelectual”. Me pregunta qué es eso de discapacidad intelectual. Yo le pregunto si sabe algo de su discapacidad. “No me lo han explicado y me gustaría saber algo. Hay veces que me noto diferente y otras no. Veo a otros que tienen más capacidad de hacer cosas y por otra parte creo que yo lo puedo aprender”.

“A los 8 años hasta los 14 estuve en un centro en Robledo de Chavela. Un centro fue porque mis abuelos ya no se podían hacer cargo de mí y yo ni sabía leer ni escribir porque en el colegio no se preocuparon. Mis abuelos eran mayores pero yo no hice nada malo, yo casi nunca hago nada malo”. 

Jesús dice preocupado lo de que no ha hecho nada malo porque lleva un mes viviendo en el Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos, donde viven personas con discapacidad intelectual que han tenido problemas de conducta. Pero él no es como el resto de sus compañeros. 

Discapacidad intelectual y de centro en centro

“Mi madre no sé nada de ella y mi padre pasa de mí, no se hace cargo. No tenía ganas de ir a un centro, me fui acostumbrando poco a poco. Los primeros días estaba mal. En el primer centro no del todo bien. Luego a los 14 fui a Fuenlabrada, otro centro. Entré porque en el otro centro todos los objetivos los cumplí y porque llevaba ya mucho tiempo. Fuenlabrada bien, para mí tengo una familia ahí porque han hecho muchas cosas por mí. Sobre todo una educadora que se llama Andrea. Yo la quiero mucho y ella a mí. Los echo mucho de menos y a mis compañeros también”.

“De primeras no me iban a dar la prórroga. Andrea y mis educadores lucharon por mí. Lo de la prórroga es porque al ser mayor de edad te tienes que ir del centro y acabas en la calle. Andrea es una educadora que siempre me ha apoyado con todo. Ella y los educadores han estado siempre. Para mí lo bonito es que hagan muchas cosas por mí”.

“Al principio quería vivir con mi familia pero ya no. Mi padre viene y va de mi vida y me he cansado. ¿Por qué me ha tocado esta familia? No toda es mala. Mi abuela murió y mi abuelo era un padre para mí pero ya no se pudo hacer cargo de mí”. 

“En San Juan de Dios estoy muy bien. Estoy aquí gracias a la prórroga, no ha sido por hacer cosas malas. Ha sido por no quedarme en la calle. Estoy bien, adaptado porque estoy acostumbrado. Tenemos un cuarto mi compañero y yo. Me llevo bien con todos. Hay alguno que no. Los que mejor me caen son Álex, Adri y Rafa”. 

“Creo que voy a conseguir mucho comportándome bien. Si te portas bien, te vas a un chalet compartido. Tengo ganas de ir porque hay mucha más libertad y puedo hacer más cosas”.

“He pedido trabajar en la granja porque me gustan los animales. Tengo ganas de trabajar. Me hace ilusión lavarles, les das de comer. Me veo ahí”. 

“Soy feliz, tengo mis momentos pero sí. Espero una vida mejor con mi abuelo al lado y mis educadores”. 

“Amor es alguien que está ahí todo el tiempo contigo, que te apoye, que te ayuda en lo que necesites. Un amigo de verdad. Que te quiera, que te apoye en los malos momentos. Pareja tuve pero ya no y me gustaría tener. Tengo una chica que me gusta mucho, se llama Rachel. Para mí es la chica de mis sueños”. 

“Se han reído de mí y sienta… pues mal. No hay que reírse de nadie, hay que tener respeto por la gente y no burlarse”. 

A Jesús le gusta posar como a los cantantes de reguetón.

A él le gusta la gasolina

“Me gustaría vivir en una casa. Yo tengo un ídolo: Daddy Yankee…”.

–No sé quién es.

–¿No? El de La Gasolina

–¡Ah, sí!

–Espera, que te lo deletreo para que lo puedas escribir bien.

Y eso hace, me lo deletrea a la perfección. 

“Me gusta su música, es una joya para mí. Mi sueño es ser artista. Con mi música quiero llegar a lo más alto del reguetón. Si consigo dinero quiero una mansión como la que tiene Daddy Yankee. Bueno, tiene más de una. Tiene en Miami, Los Ángeles, Puerto Rico. Coches de alta gama, joyas, tiene oro, ropa buena, todo lo que se tiene cuando tienes dinero. Me gustaría ser yo, la verdad. También le quiero comprar una casa a mi abuelo”. 

“La música para mí es como de la familia. Me ha enseñado muchas cosas. Yo antes ni escribía canciones. Hasta que empecé a escuchar música y fui aprendiendo. Gracias a la música sé escribir canciones, sé cantar”.

“Mis letras son de reguetón, del mismo tema de siempre. Lo primero de todo que hago es la melodía. Me gustaría cómo sonaría una canción mía como una canción de verdad, con las bases, el autotune y todo”. 

“Tengo un miedo que tiene que ver con la música. No sé si llegar a lo más alto es llegar y que la fama se me suba a la cabeza. Eso es lo que me preocupa”.

“No me has preguntado mi nombre artístico. Es J. –la jota la pronuncia en inglés y no en español– Nieto El Real. Pienso en el futuro y me veo cantando en un estadio con mucha gente, mis fans. Son sueños. No sé si se van a cumplir. Ese es el problema. Me gustaría que me vierais artista, cantando, siendo famoso para que mi abuelo y mis educadores se sintieran orgullosos de mí”. 

“Mi padre dice que no valgo para la música. No sé por qué lo dice porque no ha oído una canción mía. Quiero callarle la boca. Es mi sueño y no voy a parar hasta conseguirlo”. 

“He aprendido que hay que ser un padre de familia. Mi padre, que me trate mal, que me hable mal. Yo voy a ser todo lo contrario. Cuando tenga un hijo voy a estar puesto para él. No le va a faltar nada: amor, abrazos y eso. Ni cosas, sobre todo amor, que es lo que necesita un hijo”.

Suscríbete gratis y recibirás en tu correo cada nueva historia. Todavía hay muchas personas a las que conocer

Dejar una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.